Cosas que ver en Egipto: lo básico e imprescindible
Egipto siempre apetece.
Cuna de una las civilizaciones más prósperas del mundo antiguo, nacido a orillas del Nilo y con miles de años de historia acumulada, el país de las pirámides es uno de esos destinos a los que hay que ir una vez en la vida por lo menos.
Tiene tanta oferta que el dilema está servido: ¿qué ver en Egipto sin morir en el intento?
Seamos sinceros.
Pensar en el país del Nilo y atropellarse en nuestra cabeza nombres de dioses y faraones es todo uno.
Monumentos, tumbas, momias, templos, cruceros, expediciones arqueológicas… ¿A quién no le atrae un país con esa capacidad de evocar aventuras y con tantas joyas históricas que ver?
Ese cóctel interminable de opciones hace que ponerse a elegir qué visitar (y qué no) en Egipto sea la primera prueba de fuego… que ya hemos superado por ti: toma nota de las cosas imprescindibles que debes ver en el país africano.
¡Arrancamos!
Cosas que ver en Egipto sí o sí
El país de los antiguos faraones encabeza los destinos más visitados del planeta, por lo que cuenta con un más que floreciente sector turístico donde encontrar de todo, para todos y perfectamente organizado.
Toma nota.
Las pirámides
Si pedimos a cualquier niño pequeño que describa algo de Egipto, el 99% nos dibujará una pirámide. Y probablemente el 99% de los adultos, también.
Aunque las pirámides no son exclusivas de allí, sí son el principal icono del país y por ello visita obligada; ¡tiene censadas más de 100! Solo la supera su vecino Sudán.
Entre ellas destaca el trío que integra la única de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo que aún se conserva: las pirámides de Giza.
Este espectacular conjunto de más de 4.500 años de antigüedad acoge las tumbas de los faraones Keops, Kefrén y Micerinos, que seguro que te suenan.
Los egipcios creían fervientemente que los reyes resucitaban y ascendían al cielo para vivir entre los dioses; por eso diseñaron las pirámides: para contener la esencia del rey por toda la eternidad. La prueba más gráfica de esto es la pirámide escalonada de Saqqara, que reproduce la figura de una escalera hacia el cielo.
El Nilo
Buena parte de la civilización egipcia debe su prosperidad al río Nilo, el segundo más largo del mundo y cuyas aguas riegan 10 países africanos. Fíjate cómo será, que solo por tierras egipcias discurren 1.300 de sus kilómetros.
Otra de las actividades obligatorias en Egipto es embarcarse en un crucero por sus aguas, of course; ¿el más habitual? Si hay uno icónico es el que separa Luxor de Asuán y finaliza en los templos de Abu Simbel.
Estos cruceros no solo te permitirán presumir de haber surcado las aguas de este milenario río, sino que podrás visitar cómodamente diferentes partes del país.
Atención instagrammers empedernidos porque aquí hay material del bueno: apostamos a que gran parte de las fotos de este viaje serán de amaneceres y atardeceres desde cubierta, o de templos en el lejano desierto contrastando con las verdes orillas.
¿Son caros? Pues hay de todo, pero por un precio bastante moderado puedes recorrer el Nilo en un barco mucho más que decente. Merece la pena optar por un crucero «normalito» y reservar ese dinero extra para más visitas o excursiones 😉
Los templos
Entre todas las cosas que ver en Egipto sin falta están sus templos.
Como imaginarás, una civilización tan fervorosa como la egipcia ha ido dejando a lo largo de sus siglos de existencia centenares de templos por todo el país, lugares de culto para sus dioses y faraones.
Por aquí te dejamos algunos de los más imponentes:
- Hatshepsut, que está dedicado a una de las pocas mujeres que ostentó el título de faraona (no, no era Lola Flores): su original diseño está tallado en plena montaña en Deir-el-Bahari.
- Karnak, en la ciudad de Luxor, porque los arqueólogos han catalogado más de 200 estructuras en su explanada. Y apunta la sala Hipóstila porque es de obligado cumplimiento.
- Luxor es una de esas cosas que ver en Egipto de dimensiones colosales y además está muy bien conservado.
- Abu Simbel: vale que es una de las excursiones más caras, pero la verdad es que cuando llegas se te pasa todo. Impresiona comprobar cómo fue movido piedra a piedra para evitar que la construcción de la presa de Asuán lo inundara entre 1964 y 1968.
Sus ciudades: El Cairo y Alejandría
Visitar El Cairo y dejarte llevar por su caos es algo que vas a sufrir, por muy prevenido que vayas; la buena noticia es que poco a poco vas a ir acostumbrándote y acabarás rendido a la magia de la ciudad que, por cierto, es la más habitada del continente africano.
Caminar por sus bazares —imprescindible el de Khan El-Khalili—, recorrer la fortaleza medieval de Saladino o visitar el barrio copto son planes obligados en tu viaje.
Y sí, como no podía ser de otra forma, la capital del país cuenta con las obras maestras de la civilización egipcia reunidas en el Museo Egipcio, incluido el archiconocido tesoro de Tutankamón.
Si ya has visitado todo lo anterior y aún tienes tiempo, te recomendamos una última parada: Alejandría. Fundada por Alejandro Magno en el año 331 a.C., es famosa por monumentos que desgraciadamente ya no existen como el Faro y la Biblioteca, pero sigue siendo una agradable ciudad portuaria que mezcla como ninguna las culturas griega, romana y egipcia.
Consejos para ir sobre seguro y no dejarte nada
Como este viaje es de los cañeros, ahí van unos tips para que todo salga genial:
- Ojo con la fecha para viajar: si no quieres que se convierta en el viaje más achicharrante de tu vida los meses más recomendados son de octubre a abril. Si piensas en Egipto como una cura de sueño y relax, cambia de destino. El dicho “A quien madruga Dios le ayuda” es ley por estas tierras. Madruga lo que puedas y visita los monumentos a primerísima hora: evitarás los mogollones y regalarás tu vista con espectaculares amaneceres.
- Aunque puedes ir por tu cuenta, es recomendable que contrates un guía o algún circuito organizado. Sería imperdonable pasear por las mismas piedras que vieron las hazañas de Tutankamón y que no supieras que lo estás haciendo…
- …Y precisamente por ello, no está de más que des un repasito al libro de historia antes de ir. Conseguirás que tu cerebro se vaya acostumbrando a los nombres de los faraones de nuevo e irás abriendo boca de lo que te espera.
Y para rematar, asegúrate de llevar un Cuaderno de Viaje de Egipto donde apuntar todas las cosas que ver en Egipto en tu escapada, que esta no es de las de ir por donde te lleve el viento, sino todo lo contrario.
¡Ah! Y abre bien los ojos: la mayor parte de los tesoros egipcios está aún por descubrir, nunca se sabe…